miércoles, 20 de junio de 2012

Filiph Tagg, Brecha, 2004. Montevideo, Uruguay.



En esta entrevista, el teórico insignia de la denominada 'música popular', aborda temas como análisis, autenticidad, relatividad y tecnología musical, entre otros.


http://www.tagg.org/articles/xpdfs/Brecha040730.pdf

martes, 12 de junio de 2012

La Era de la Perilla


Que maricada, porque el hombre necesita moverse necesita zafarse de esta, maricada. En todo caso si compras serás feliz. Me dijo mi cabeza que un amigo le había dicho ayer. Entonces fui a comprar una interface USB, para tener más acceso a la ‘creación posmoderna' de música. Ahora que tengo la interface USB, siento necesario un controlador MIDI, y tal vez cuando tenga el controlador MIDI, quiera otro ordenador ya que este no me va andar bien con toda esta sofisticación.

Estuve en el concierto del guitarrista de Bomba Estéreo quien en solitario tiene un proyecto, dría yo, de música electrónica, tambora y voz. Tenía expectativa, quería ver cómo sería que con la guitarra, y seguro algún pequeño rack de efectos, este personaje haría un sonido parecido al de Bomba, pero para mi sorpresa, este sonido fue mínimo, y de guitarra ni el rastro, lo que sí vi mucho, fue movimiento de perillas, ya que tenía un amplio set de estos controles.

Perilla o knob, pad, fader, entre otros, son controles que, en la mayoría de casos, se utilizan para manipular, en tiempo real, dispositivos digitales, ya sea desde un ordenador o desde algún tipo de procesador digital. En el set de este ‘guitarrista’ estaban incluidos varios de estos controles por medio de los cuales logró generar enorme placer a los asistentes del concierto, entre ellos yo. El acto fue una presentación más de música electrónica, esta misma música, que de la mano del mercado se ha convertido en la vanguardia de la música actual, siendo la perilla en ella, un elemento fundamental para su creación y desarrollo.

Con la llegada de la tecnología digital, la creación musical pasó de ser un resultado a ser un proceso en el cual la yuxtaposición tiene un papel esencial. La música electrónica, hija de la tecnología digital, es el ejemplo por antonomasia de esta, reinterpretación del significado de la música, ya que no crea ‘nuevos textos’, solo los cita yuxtaponiéndolos. ‘El guitarrista’ de Bomba deja ver cómo es que esta música, yuxtapone ‘textos’ digamos, populares, sobre una misma pieza o canción; ‘apartados’ de frases rítmicas de una tambora del Pacifico con riffs de voces en alemán, además de melodías de la cultura Caribe con beats de minimal tecno, entre otros, son yuxtapuestos logrando un efecto de electro tecno folclor, diría, en el cual se evidencia la identidad que erige esta música.

Ableton Live, un software para la producción musical desarrollado por la compañía alemana Ableton AG, proporciona herramientas compatibles a este nuevo significado de la música. Está pensado para la composición de música, de resultado, en su vista Arrangement, que como muchos softwares de la actualidad proporcionan, de izquierda a derecha, un horizonte temporal para tomas de audio, y de arriba a abajo, la posibilidad de mezclar dichas tomas. Ableton Live posee además la vista Session, la cual, sin un horizonte temporal, brinda la posibilidad de construir un set virtual en el cual es posible yuxtaponer clips o fracciones musicales por medio de Knobs, pads faders virtuales, o hacerlo en tiempo real, por medio de un controlador MIDI. Aquí esta música va siendo creada en una yuxtaposición de ‘textos’ sobre este set preconcebido sin una línea de tiempo determinada, lo cual la convierte en una música de proceso, que puede repetirse o no, a deseo de la persona que manipula las ‘perrillas’. Así este software, es la herramienta ideal para exponer este nuevo significado de la música de la posmodernidad.

En mi caso, la música como el arte en general, además de ser un medio de expresión, es un medio para escapar de un mundo indeseado, un medio para ‘viajar’ a universos ajenos a las realidades humanas, es la máxima potencia para la existencia. Con este cambio de significado de la creación musical se ponen en tensión dos puntos fundamentales del sentido de la música en este respecto. El primero tiene que ver con el carácter asocial, ya que si es posible manipular por una persona todo lo que antes era solo posible entre varias, es decir que es posible que solo una persona, frente al ordenador, pueda generar un sonido capaz de atraer la atención y generar placer en otras personas, ‘crear’ música; las sesiones de tragos e improvisaciones espontaneas de varios actores, entre muchos otros actos musicales netamente humanos, desaparecerán convirtiéndose el músico en una especie de técnico programador solitario.

El segundo punto tiene que ver con la pérdida de control inmediato sobre lo que apartemente se controla, ya que no se está creando un sonido desde la propia experiencia, sino que se está creando un sonido a partir de experiencias ajenas, prestadas, citadas, reguladas por la lógica del software, es decir no es posible ‘crear’ más allá de la lógica del software, es él quien tiene el poder de la ‘creación’ musical. Esto significa que el que manipula el rumbo de esta música, el que le está dándole un horizonte a esta ‘creación’, no es el sujeto, sino la lógica implícita de las dinámicas a las cuales el software conduce. Esto al igual que el carácter asocial de este nuevo significado de la música, desvía el rumbo, el sentido de la música en tanto expresión de experiencias subjetivas, en tanto alejamiento de dinámicas mundanas, de dinámicas ajenas. Ya que desplaza una identidad, la de la sujeto, para darle paso a otras identidades, muchas, obviamente ajenas por medio de una lógica enteramente mundana, la de la objetividad de un software, que en ultimas es la objetividad de la ciencia, un foco más sobre el mundo, que en este caso especifico propone la lógica de la yuxtaposición.

Se puede estar al margen de esta ‘creación’ musical utilizando solo la manera digamos, anterior, de hacer música, la cual permite expresar sin ningún filtro la percepción del mundo que cada uno tiene, además de tener el control sobre el sonido que se construye. Sin embrago conocer y manipular esta nueva alternativa que la dinámica del mundo actual propone, concibiéndola meramente como un medio, como una manera más, no la única para crear música, es entender que la música, en tanto fenómeno humano, no puede ser producida por un técnico y que necesita del calor de las percepciones que solo el mundo trae, es entender la diferencia entre los medios y los fines, ya que en esta era de la perilla cabe la posibilidad de que se nos pierda el rumbo hacia los fines entre los medios que lo posibilitan.

Aprender a utilizar un instrumento musical, y con esto me refiero también a las nuevas tecnologías, va mucho más allá de saber interpretar una partitura o manipular un software, es hacer sonar lo que vemos de una manera, la nuestra, la que cada uno de tiene, y para ello se necesita de sensibilidad ante lo que nos rodea, no es un trabajo técnico. Un músico es un traductor del mundo, de su mundo, funciona según su lógica, una entre muchas, tantas como músicos hay en el mundo, siendo consciente que el mundo es la totalidad de las músicas que en el existen.

Ante esto y si no se tiene ningún fin trascendental, está siempre la posibilidad de comprar interfaces USB, controladores MIDI y cuanto aparato salga al mercado de la mano de la idea de vanguardia, y así mover sus perillas para hacer música, para hacer ‘tú música’ esa que está en el ‘en vivo’, música de proceso, esa en la que ‘creas’ citando, claro para escapar a otros universos mas construidos más predeterminados, a un mundo cada vez más libre y ajeno del que vives, claro todo esto solo si mueves la perillas, porque si giras la perilla ‘haces’ música, porque si giras la perilla eres músico, sí, o para ser más prácticos, siendo acordes a la época, porque si giras la perilla serás un técnico con ritmo.

¿Cómo técnico quien es tu jefe, quien el dueño de la empresa para la cual giras perillas? ¿Te ganarás entonces un sueldo mínimo, de placer, por mover solo perillas? 


FIRTH, Simon 2003. MÚSICA E IDENTIDAD. EN STUART HALL Y PAUL DU GAY (Compiládores), Cuestiones de identidad. Pág, 181.213. Buenos Aires: Amorrortu.

TAGG, Fhilip 2006. LA PELÍCULA DEL LIBRO DE LA MÚSICA, Sobre la necesidad de repensar las maneras de explicar el significado musical. Séptimpo Congreso de la IASPM-AL, LA Habana.