sábado, 31 de agosto de 2013

Fin de semana de “Rock and Roll” en Manizales Grita Rock

 Entre un poco de lluvia y las frescas y tranquilas montañas caldenses, este festival hizo que miles de “rockeros” movieran sus cabezas, al ritmo de lo mejores riffs del mundo.

El fresco de la montaña verde manizaleña y las “pintas” propias del rock, fueron el marco para la celebración de la octava versión del Manizales Grita Rock, festival que congrega anualmente a miles de “rockeros” en busca de sonidos fuertes, emoción, tal ves fiesta pero sí seguro mucho ‘rock and roll’.

En un escenario con un sonido tronador y luces que en la noche subieron las emociones de los asistentes, dejaron ver toda su energía; punketa, metalera, skatera -entre otras- las treinta y una bandas nacionales e internacionales, que pasaron por este escenario los días 16, 17 y 18 de agosto en el Expo ferias de esta ciudad.

Allí se dieron cita los sonidos de este género, movimiento, estilo de vida; para que en un fin de semana con un poco de lluvia, hermosos atardeceres y algo de niebla, se sintiera el poder y la energía de miles de jóvenes, y no tan jóvenes, que gritando, saltando, “bandeando” y “pogeando”, se pusieron en manos de los potentes sonidos de las bandas asistentes.

                                                   Panteón Rococó
El gran parche del D.F., Panteón Rococó, fue el encargado de dar cierre al primer día de fiesta, por medio de una contundente presentación con mucho ska, cumbia y con todo el espíritu popular latinoamericano de sus mensajes. En ellos el público tuvo un show potente e inspirador, donde algunos de los músicos del Panteón, no dudaron en arrojarse a la multitud a festejar con la gente, unidos, tal y como lo refieren sus letras.

El segundo día fue menos bailable pero no menos potente y contundente. Versos como: “Ellos me tiene secuestrado privado de mi libertad voy de fósil y camuflado me obligan a dispar”, de Los Suxioz banda de punk de Medellín, le dieron el toque de inicio a la tarde para que en la noche, al llegar al cierre, el Manizales Grita Rock estallara con las fuertes guitarras, los veloces dedos entre cuerdas luminosas y los movimientos característicos en escena de Suicidal Tendences. La banda californiana literalmente se paseó por el escenario entregando sus éxitos, entre ellos algunos que datan de los ochentas, los cuales actualmente son clasicos de su género.

Y para finalizar el masivo festival, el domingo de metal tronó en el cielo manizaleño con todo el poder y el pesado sonido de bandas como Carcas de Inglaterra y Entombed de Suecia que hicieron explotar el escenario del Grita Rock con su potente sonido y su espectacular puesta en escena. Así la noche finalizó desfogada, descargada y muy pogeada, una noche de cierre de festival que estuvo a la altura de las dos anteriores.

La octava versión del festival Manizales Grita Rock definitivamente es una buena señal para esperar en las próximas ediciones, excepcionales bandas por medio de enérgicas presentaciones. Este festival sigue encaminandose a ser uno de los más comentados del país, uno de los más “pogeados”, uno de los más bailados. Esto, entre otras cosas, gracias a la gestión y entrega de sus  organizadores, quienes anualmente intentan darle a Manizales lo mejor del género rock a escala internacional. 



miércoles, 7 de agosto de 2013

De domingo en Colombia al Parque

  

En una tarde diversa y muy colorida, de fresco verde y fríos vientos, entre nubes y súbitos rayos de sol, se cerró el pintoresco y muy colombiano festival Colombia al Parque.

Con el arco iris adornando los siempre visibles cerros orientales, el pasado domingo 28 de julio, en el llamado parque de los novios de Bogotá, se llevó a cabo el cierre del XII Festival Colombia al Parque, un festival para apreciar en conjunto la enorme riqueza cultural de este país. En este lugar, cliché de tarde romántica, la Lulada, el Aborrajado, la Fritanga, fueron algunas de las preparaciones culinarias que junto al intercambio de libros, la proyección de documentales musicales y el contacto con algunos medios independientes de la ciudad, acompañaron la tarde, una de esas cambiantes, de súbitos rayos de sol y corrientes de vientos fríos.


Extranjeros, capitalinos y visitantes de diversas partes del país, recibieron placidos las melodías, versos y bailes de las agrupaciones seleccionadas para mostrar el colorido, la alegría y el espíritu colombiano, que a pesar de sus conflictos conserva las bondades de tres razas unidades por los periplos de la historia.

En un apropiado espacio del mencionado parque, artistas diversos de Colombia tuvieron un lugar cómodo y verde para mostrar los sueños, formas de vida y maneras de ser de sus respectivas zonas. Sin embargo no estuvo en el escenario todo el espectáculo, ya que en el público estaba el espectáculo sin guiones ni preparaciones; mochilas arahuacas, ruanas boyacenses, ponchos antioqueños, alpargatas, “zapato elegante”, gafas de sol, tenis converse de múltiples colores, y sombreros: vueltiao aguadeño y bayaco, además de diversos acentos y frases, redondearon el evento para que Colombia al Parque fuera realmente lo que su nombre refiere.

Herencia de Timbiquí, Los Corraleros del Majagual, El Cholo Valderrama fueron algunas de las agrupaciones que hicieron presencia en el verde espacio. Entre tanto los Filipichines, agrupación de la denominada carranga cundiboyacense, “prendió el baile”, o como diría Rubén Albarrán -vocalista de Café Tacuba- “armó la chancla”. Gritos repetidos y orgullos de “jupeuchica viva Boyacá entre movimientos aletiados a ritmo de la guacharaca, le iban dando la personalidad a la tarde.

El circuito por la mini feria gastronómica era todo un dilema sensorial, ya que la oferta no era tímida y se tenía confianza en las artes de ofrecerse por medio de su olor y apariencia. Platos típicos del Chocó, del Valle del Cauca, Antioquia, el eje Cafetero y la costa Atlántica, eran consumidos por más de un centenar de personas que entre “paso y paso le iban dando a la cuchara”.

La danza folclórica también tuvo su representación por medio de Danzarte. Agrupación que por medio del clin clin de sus machetes y el arrebatao baile tras palabras en verso, dejó ver fácilmente su procedencia, Antioquia. Sus rimas paisas campesinas, le sacaron más de una risa al capitalino público que sonriente admiró aquellas gentes de alpargatas sombrero y versos excepcionales, dotadas con toda la fuerza y energía de la tierra paisa.

Así, jóvenes con cara de hippies, otros con cara de europeos y algunos menos exóticos, gozaron junto con familias los sonidos característicos de cada zona; así, a pesar de que el frío no dejó nariz caliente, los rayos de sol acompañaron el baile. El público estuvo inmerso y entregado, empapado de espíritu campesino: palenquero, carranguero, corralero y hasta jornalero, propio de gentes trabajadoras; así, la capital de este terruño, tuvo un espacio sonoro y festivo, un evento sincero y familiar, exótico y convencional, donde la cultura dejó ver existencias únicas, costumbres andinas, tropicales, pensamientos afros, sueños caribes por medio del sin igual folclore Colombiano.

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