lunes, 25 de agosto de 2014

Reseña Rock al Parque 20 años, un fin de semana de nostalgias, pasiones, y toda la buena energía del “Rock and Roll” Colombiano.

Como ha sido la costumbre durante los últimos años; por medio de tres escenarios y un cuarto con menor aforo, se vivió una de las experiencias que le dan a la capital colombiana el título de metrópoli cosmopolita y rockera del país. Sonidos que van desde la nueva música experimental hasta el más crudo sonido del metal, estuvieron presentes en los veinte años del festival Rock al Parque celebrado el fin de semana del 16 de agosto en la ciudad de Bogotá.

Con un inicio bastante incluyente, que le dio lugar, por medio del escenario “Media Torta” en el barrio “La Candelaria”, a nuevas propuestas a nuevos sonidos los cuales siempre dentro del rock proponen estilos que enriquecen no solo al festival sino a los cientos de amantes de la música que hicieron presencia en esta apertura.

Juana Molina, Hoppo, Velandia y la Tigra, fueron algunas de las bandas que estuvieron sobre “las tablas” de la “Media Torta” para brindar un espectáculo cercano, lleno de nuevos sonidos y siempre acompañado por los rayos de sol que hicieron más vivos a los llamados “Cerros Orientales” de esta Capital. Una de esas presentaciones por medio de la cual el público se vio totalmente conectado con el espectáculo fue la de “Velandia y la Tigra”, ya que esta banda tocó la mayoría de sus canciones conocidas, además de presentar algunas de sus nuevas, la cuales fueron igual de aplaudidas por el agradecido público. Así Edson Velandia y su banda lograron hacer bailar a los cientos de asistentes a esta primera noche de Rock al Parque.

El segundo día, de la mano de la rebeldía del Punk y en compañía de los demás géneros presentes en las tarimas ECO y BIO, llevó al festival a un día de mucha “chaqueta tachera”, “pantalón pegado” y claro mucha “bota puntera” al mejor estilo de The Casualites, banda que acabó de romper, después de la banda IRA, la quietud de un público impaciente por gritos, de esos gritos rasgados de mucha protesta política y de afanes desmedidos de libertad. Y fue con la canción “Soldado” de The Casualites, que se logró un “Pogo” monumental propio de este festival, el cual hizo de la tarde una gran fiesta del “Rock and Roll” acompañada del polvo que subía debajo de las “botas punteras” de los miles de asistentes.

Al final de este día, no habían caído los gritos, saltos y protestas contra el estado y la guerra, ya que la representativa banda “La Pestilencia” saltó al tarima y aunque no pudo tocar sus éxitos más conocidos de su primer álbum; “La Muerte un Compromiso de Todos” de 1989, sí entregó todo su poder en escena el mismo que su vocalista Dilson transmite cada vez que se pone al frente del incasable público de este festival.

Así se llegó al tercer día de Rock and Roll, el cual logró una asistencia de miles de personas, una de las asistencias más grandes pocas veces lograda en eventos de este tipo. Esta situación, que se evidenciaba en el momento en que las cámaras de la transmisión de T.V. realizaban un “paneo” al aforo del escenario Plaza, dejaba ver que este festival año tras año ha logrado posicionarse como uno de los más importantes, en términos de asistencia y calidad de artistas, no solo de Suramérica sino del mundo.

Presentaciones como la de la banda “No te Va a Gustar”, la de “Doctor Crapula” y la de “Molotov”, entre otras, hicieron que el público saltara haciendo que el piso, literalmente, temblara al ritmo de los sonidos que en escena se generaban. Después de la potente y sincera presentación de la banda mexicana “Molotov”, vino lo que muchos esperaron por varios años, el retorno a escena de una de las bandas más representativas del Rock de Suramérica, Aterciopelados. Quienes por medio de sus éxitos más recordados trajeron la nostalgia y la alegría de un público que tal vez recordaba momentos de su vida entre canciones como “Florecita Rockera”, “Colombia Conexión”, “Baracunata”, entre muchas otras que lograron entrar en los corazones de miles de colombianos asistentes al masivo festival. Después de esta banda llegaron los fuegos pirotécnicos dignos de un evento de estas proporciones para que luego vinera el cierre por medio de una de las bandas más legendarias, en el mundo, del Trashmetal; Antrax, banda que explotó las cabezas de los asistentes en este potente cierre del festival.


Fueron tres días de mucho “Rock and Roll”, de mucho grito desfogue, de mucha patada, de mucho beso “entre “pisquiao”, de mucha música, pero sobre todo, de mucha convivencia y tolerancia, lo cual evidencia que el lamentable poder de las armas y la injusticia de este país, no están presentes en la personas amantes de la música y en general del “Rock and Roll” de Colombia. 

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