Los jueves era el día del juego en la manga, como lo eran
también los lunes martes miércoles y viernes. Las cacas de vaca configuraban un
jugador más al que había que gambetear para estar más cerca al gol. El desnivel
natural de la ‘cancha’ hacía
del juego un tin tin corre corre, una práctica gótica Pow Pumm Puch santas piernas
encueradas Batman… Gatubela.
Sí
Y si huele a salón de madera con
campana, salida cinco de la tarde;
y si suena a colada de Maicena mal
cocida con sabor a cenizas de cigarrillo Derby;
y si veo sensaciones de atardeceres
villamarinos;
y si siento mi bici verde y blanca
con mi balón blanco y verde.
Y sí, pienso que es eso;
cómo un vacío cómo un roto que crece
y crece… hace ya muchos 30 años.
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