Alguien
quisiera dejar evidencia de lo que ha vivido con intensidad, hacer de ello una
emotiva historia. Entonces ese alguien empezaría por sentarse a escribir eso
que le golpea la cabeza y que quiere quede en buen escrito para que otros lo
sepan con exactitud. Entonces, se sienta frente al computador abre Word y en la
primera línea… pierde la concentración, así que abre un navegador de internet y
no escribe más su hazaña, su proeza, su historia, su épica, la misma que pintaría
con fantasiosas alegrías. Y queda un historia más por existir, que aunque falaz,
pudo ser una más para que el mundo siga siendo sin ser visto sin ser olvidado.
No
puedo escribir algo que ya fue, olvidé lo que sentí en esos días, en esas
semanas; tal ves un poco de ron con la sensación de no tener plata, pero
siempre soñando una historia para escribir. Tal ves era muy joven para tener la
fuerza de sentarme frente a la pantalla y sacar eso que era, pero bueno al
menos quedó algo de esas historias que si bien no en prosa sí en verso y con
música, están acá. Al fondo a la derecha, Ruta 33 y Samuel y la caja Blanca son
esos “tres” que permitieron que esas falaces hazañas no quedaran del todo en el
olvido, en la nada en la no existencia. Acá aún viven: Música entre Manizales y Buenos Aires
Un poco más 'adelante' vino el sur y con él esta canción: Sub
del sur, suerte de vacío suerte de solitaria planicie suerte de viento del pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario