Hoy presenta su nuevo libro Miguel, un personaje que conocí en Buenos Aires de rebote por irme a vivir a una casa en Villa Crespo; la Mansión Serrano, le decíamos.
No sé si ir al evento, me gustaría mucho saludarlo aunque quizás no se acuerde de mí, compartimos solo unos meses en mi último año allí; encontré un aire de familia en él que me hace recordarlo aún ahora, doce años después. Tendría que salir a las cuatro de la tarde para llegar al lugar a las seis, el tráfico de Bogotá cada vez peor; si el evento fuera en este barrio no dudaría en ir.
Aunque ayer terminé la sexta canción, quiero acabar este semana con las ocho y al fin tener esta asesoría con mi profesor, ya necesito cerrar el ciclo y volver a tocar o avanzar. Ir donde Migue, me implicaría dos horas de ida una hora en el evento y nuevamente dos horas de regreso, que locura, pero así está la cosa en Bogotá, e ir en bici no es una opción porque está lloviendo mucho, y ya tuve la mojada de esta semana.
Algo en mi respiración no está bien; al menos tragar saliva se me dificultaba mucho en momento. Hacer este esfuerzo por unas horas me produjo un malestar que no me dejó descansar lo suficiente, hoy no tengo toda la energía, esto es un factor respecto del evento de Migue. No sé si estas crisis son físicas o psicológicas, ya que puedo respirar y tragar, mis órganos parecen estar bien, ¿será que solo no responden al llamado de mi cerebro?
Hoy, si no voy donde Migue, empezaré a trabajar en la séptima canción, ayer ya le di un par de vuelticas y tengo varias ideas. Es solo Piano, hay mucha oscuridad en ella; sin embargo escucharla varias veces me sacó un poco de esa crisis respiratoria. En ella están Satie y Agnes Obel: Rubato y Oscuridad, y también pasajes circulares de Minimalismo, al menos eso creo.
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