jueves, 5 de mayo de 2022

Bitácora No. 34

No he avanzado mucho en un trabajo que tengo que entregar el próximo diez de mayo, un trabajo de esos que me dan el dinero para hacer la música que quiero y no andar por ahí tocando cualquier cosas en una horrible “Moña”, por un par de pesos. Esa palabra, “Moña” es perfecta; es tan fea como lo que refiere. Ese adefesio que es tocar por dinero, bajo pedido, por contrato… a ese tipo de músicos, si se les puede decir así, es a los que un día o ya, está reemplazando la tecnología, porque es muy fácil para ella hacer el trabajo sin alma y falta de humanidad que ellos hacen, es experta en esto.

 No sé si todas las escuelas, academias o conservatorios de música sean así, pero con los dos que he tenido contacto, parecen no entender la música, les queda grande la palabra misma porque siguen pensando en Técnica en donde debería haber Arte. Las estructuras son importantes; yo puedo dar cuenta en esta Bitácora, pero no son lo fundamental. La Técnica no se logra un día y después, un después; la Técnica es compañera crece a la par, no está escrita no hay que aprenderla hay que desarrollarla, va floreciendo de la única manera que puede ser en cada músico, único e irrepetible.  

 Me gustaría seguir hablando de este tema, lo haré en el avance de este trabajo, espero. Por ahora voy al trabajo de mi música.


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